Con algo más de un mes de retraso tras la asistencia al mismo, os detallamos como fue en mi caso la primera aventura en el popArb 2013, un lugar con el factor paisaje jugando totalmente a su favor y con una organización excelente a la par que sencilla, cosa muy de agradecer.
Puesta en escena sin alardes, lo justo y necesario y practicando eso de "después del uno, viene el dos", no pasa como en otros sitios que te venden un cartel impresionante que jamás puedes disfrutar aunque quieras en su plenitud. Pero a lo que ibamos...
Viernes 28 de junio
Llegamos a Arbúcies y la primera noticia que tuvimos nada más ponernos las pulseras era que Pau Vallvé, mi concierto deseado junto al de Joan Colomo del cartel, tenía ya el aforo completo.
Pero nos pusimos a la cola como albergando alguna esperanza de acceder al idílico escenario de Can Torres, y finalmente sonó la campana y pudimos disfrutarlo enterito.
Era la primera vez que veía a este genio de nuestra música, y pensaba que sería un concierto más reposado, acorde a sus dos últimos discos maravillosos, pero el bueno de Vallvé, además de ser un tipo carismático y auténtico, sabe dar energía a sus directos, y con unos musicazos como escuderos entre los que se encontraba por ejemplo Nico Roig, nos envolvió de magía, de épica y sobre de todo de emoción mientras escuchábamos joyitas como Protagonistes o Un Gran Riu De Fang.
De ahí a cenar, y tras eso, primera toma de contacto con el recinto del festival, justo cuando terminaban Quart Primera, que no me desagradó lo más mínimo, más aún cuando tenía personalmente cierto reparo tras su primer disco. El siguiente en salir era El Petit de Cal Eril, pero por un accidente fue substituido por esos cracks que son La Brigada, otros a los que les tenía ganas y que disfruté como un enano. Pere Agramunt con su simpatía y sobre todo con su voz tiene el poder de captar toda la atención de quién haya a su alrededor y eso es lo que sucedió, ni más ni menos.
Volvimos al pueblo mientras tocaban Salvaje Montoya, supongo que por guardar fuerzas, o por no sernos demasiado atractiva su propuesta. Sea por lo que fuere, llegó el momento de los que probablemente viendo el cartel eran los cabezas del mismo, Standstill.
Un concierto que a mi entender pecaba de excesivo, y unas canciones nuevas que centraban el repertorio, que por desconocimiento aún, o por lo lineales de las mismas, llegó incluso a provocarme aburrimiento. Las visualizaciones y toda la parafernalia lumínica me dieron que pensar, y seguidor como soy del grupo, debo decir que me decepcionaron y me aburrieron enormemente.
Dicho esto, hubiera preferido continuar con ellos toda la noche si llego a saber lo que nos esperaba con Za!, a los que los entendidos me tacharán de hereje, pero que me pareció la tomadura de pelo más grande que he visto en mi vida. Repito, es culpa mía que soy lerdo y no entiendo su juego. Me retiré a mis aposentos con dolor de cabeza y enfadado de tener que soportar esos gritos y sonidos estridentes y esperando el cartel del sábado, que ése si me parecía totalmente redondo.
Sábado 29 de junio
Entramos en el recinto mientras Bremen terminaban su concierto, que personalmente ignoré, ya que estaba en plan groupie esperando la aparición de Santa Rita. Y llegaron, vieron y vencieron.
Con una pose entre mística y agresiva, unas canciones estupendas y el poder magnético que ejercen en el escenario estas tres señoritas, crearon una atmósfera envolvente de la que era imposible fugarse.
Por cenar y otras miserias, y realmente lo lamento en el alma, me perdí el concierto de María Rodés, Martí Sales y Ramón Rodríguez, y además llegamos al de La Habitación Roja cuando ya habían arrancado con su repertorio. Los de l'Eliana, para variar, estuvieron enormes.
Llegó el momento del despiporre y el descontrol, del crapulismo y el efecto fan, todo para hacer hora del concierto de Delafé y Las Flores Azules, que con un material a prueba de bombas y su directo divertidísimo y explosivo enamoraron al populacho del primero al último. Y venía lo mejor de la noche aún...
Joan Colomo y su reinvención de la radiofórmula deberían tener largo recorrido, por lo gamberro y lo freak de la propuesta, y sobre todo por las canciones que reinterpreta a su estilo. Por el escenario sonó Es Inútil Continuar de Sau, Cien Gaviotas de Duncan Dhu, ramalazos de Teresa Rampell (a lo que el público reaccionó con alguna carcajada) de los Manel, y haciendo caso a mi insistencia con una de las canciones fetiche de otro telúrico ilustre como es Axel, reclamando a pleno pulmón Chiquilla de Seguridad Social. La hizo como pudo, y el público siguió la broma con euforía, y bueno...despiporre hasta el final.
Resumiendo en pocas palabras que me pareció el festival, diría que es un ejemplo de como hacer las cosas y sobre todo una experiencia enriquecedora como pocas.
*Vídeo de Llum Pardell
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