Debo confesar que antes de recibir el disco, de The Birkins había escuchado alguna canción suelta, pero nunca le había dedicado el tiempo necesario a la exploración, cosa que he solucionado a partir de explorar y descubrir Châteaux En Espagne.
Para empezar, hay algo muy destacable en su forma de componer y es que no hay nadie en el panorama nacional que suene ni medianamente parecido, lo que vendríamos a llamar carisma o talento, vaya.
Y partiendo de eso y de unas influencias muy bien asimiladas manejan un discurso propio y valiente en el que el francés y el inglés son sus idiomas vehiculares.
Se nota que disfrutan de Nick Cave cuando escuchas A. Rimbaud And His Long Way Home (con unos coros exquisitos); nos dejan ojipláticos con la creciente Curtain Call que bien podría ser como sonarían Arcade Fire de haber vivido en los años 60; al transformarse en los Birkin & Gainsbourg patrios en Toute Cette Lumière, o cuando nos transportan a los 90 de los primeros Australian Blonde en la inicial Where Were We, hasta la fecha y por esa razón regresiva, mi favorita.
Claro, luego ves que tras la maquinaria está Paco Loco y empiezas a unir cabos y a entender muchas cosas, como la de asumir riesgos en la forma de estructurar las canciones y lo de apuntalar su personalidad sonora hasta el límite, si además de eso nos encantan las voces de Daniel Machín y la de Cristina Santana (un poco Mariona Urpí en algunos pasajes de Tell Me What You Want, por ejemplo) es difícil no rendirse a la evidencia.
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