Nunca he escondido mi debilidad por todo lo que suena a synth-pop, me llega muy fácilmente desde siempre este sonido por defecto; si a eso le sumamos la valentía de la autoedición y las canciones que defienden leBlond, ya hay poco más que decir.
Richard Maltés da rienda suelta a su imaginario desbordante y a sus obsesiones en canciones de pop electrónico fascinante y pegadizo como La Máquina Del Tiempo, que me ha hecho recordar a mis admirados Lemon^Fly y en la que se esconden los deseos de muchos seres humanos, o La Invasión De Los Ultracuerpos, con un tono incluso más dance y que nos muestra ya desde el título su predilección por el cine de serie b y la ciencia-ficción.
Eso también es visible en el temazo En El Espacio Nadie Puede Oirte Gritar, inspirada en la saga Alien, pero adaptada desde el punto de vista del androide; e incluso el punto más freak en la pegadiza La Chica De La Curva, en la que la leyenda urbana toma forma de señora de la vida que fuma y te habla de tú en un polígono de Alcorcón.
Canciones impepinables como Solo Frente a Tí, que si formara parte del repertorio de Fangoria nadie notaría diferencia; Somos Nación, de sonido más oscuro y que bien podría ser el himno de lo que mucha gente piensa y nunca dice en voz alta o la titular del disco, la magnífica Ovejas Negras, que atrapa desde ese arranque acústico, creo que son suficientes razones para no perder de vista este trabajo ni a esta banda.
Además, recientemente han editado un disco de remezclas con los mejores temas aquí incluidos, además de algunas inéditas como Tu Diablo Interior o El Hombre Invisible, que simplemente nos dejan con ganas de más material para seguir disfrutando.
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