Nunca he dejado de seguir la carrera de Mikel ni con si mítico grupo ni en solitario, simplemente por ser seguidor de sus canciones, de sus ganas de aprender y sobre todo de no cerrarse en un estilo y buscar en cada uno de sus gustos, ya sean actuales o añejos.
A eso se le llama ser un músico inquieto y no lo que hace Manolo García, que de inquieto solo tiene ese movimiento suyo de parecer que se rasca las pulgas.
Dicho esto que no viene mucho a cuento, estamos ante un disco de sonido clásico y apetecible, ya que suena a grandes clásicos, como por ejemplo en el single Si te vas, una pieza de regusto glam muy Bowie, y tres cuartos de los mismo diría de Con La Vida En Los Talones, bebiendo de la esencia de los mismísimos T-Rex o Suzi Quattro, aunque hay momentos que me recuerda a Get Back de The Beatles.
Vuelve a dar en el clavo de los himnos imperecederos como ¿Quién se acuerda de tí? o El Club De Las Horas Contadas, en A veces Te Quiero Siempre, que ya se ha transformado en una de mis favoritas en los últimos tiempos, y con la que visualizo a una persona concreta al oir las palabras que Erentxun va dejando caer.
No quisiera olvidarme de Desfile, una canción de 10, redonda, perfecta, melancólica, muy Nashville vaya, y que contiene trazos como "un nudo en la garganta ahoga un suspiro, estrellas en el cielo disparan a matar, canciones para tardes manchadas de tí", totalmente memorables.
El camino tomado por nuestro protagonista en el anterior Detalle Del Miedo, que como aquí dije, no fué mi favorito de sus extensa discografía, pero si una ruta elegante y necesaria para eso que se llama valentía y evolución musical, se transforma en este en acierto total y en una de las obras cumbres del donostiarra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario