
El disco se basa en estructuras del indie-pop tradicional con ramalazos de psicodélia unas veces, post-rock otras, pero con una producción envidiable. Nos puede trasladar desde Beach Boys a Los Planetas o de Yo la Tengo a los Kinks. Y si un gran disco necesita grandes canciones, este las tiene.
El single Las casas de verano e invierno (ver abajo), nos trae un sonido Planetas bien asimilado, no diria que mejorado porque no puedo ser objetivo, pero si tal vez actualizado y simplemente por eso es mi preferida del disco. Entre las otras destacables y adictivas no podia olvidar esos hits que son La rana, y sobre todo Brasil, una canción poderosa, de arranque acústico y explosión rítmica, a la que no puedes hacer poco más que dejarte deleitar.
Desde mi humilde opinión y sin miedo a decirlo con voz bien alta, uno de los discos nacionales del año.
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