Reconozco que desde la aparición de este I Am Not A Dog On A Chain, he tenido mis altibajos con él, de no saber si estaba a favor o en contra de su propuesta. Todo esto, partiendo de que pienso que cualquier mierda que nos entregue el de Manchester, será infinitamente superior al de la inmensa mayoría.
Dicho esto, hablemos de las canciones, que a eso hemos venido. Desde la inicial Jim Jim Falls nos muestra la patita que en su disco número trece en solitario, la electrónica forma parte muy relevante de la propuesta. A pesar del reparo que pueda suponer eso, estamos ante una de las más redondas de esta entrega y que en algún momento nos puede recordar en formas, por ejemplo, a How Soon Is Now?.
Aunque seguramente en la que detectamos más su esencia es en la estupenda Knockabout World, que bien podría haber sido creada en plena efervescencia synth-pop en los ochenta. Lo que me da en la nariz es que el single Bobby, Don’t You Think They Know? es el que quedará grabado en nuestra cabeza cuando pensemos en este trabajo de Mozz, en la que cuenta con la colaboración de diva del soul Thelma Houston, un diálogo sonoro de mucho peso en el que parece haber un pique por ver que voz nos emociona más. Inmensa.
También muy certeras me parecen Once I Saw the River Clean, en la que si me dijeran que en la producción Brian Eno había metido mano en lugar de Joe Chiccarelli, me lo creería sin pestañear (aunque también es de recibo decir que está más cerca de lo que nos proponía en sus buenos tiempos Jean-Michel Jarre); o What Kind of People Live In This Houses?, mi favorita del disco con diferencia y en la que me da la sensación que pasa su filtro personal por el tarro de las esencias de bandas como The Jayhawks, saliendo más que victorioso del envite. Seguiré escuchando y escuchando (cosa que siempre es un placer tratándose de quien se trata) y a ver si el peso se decanta más a favor del pro que del contra.
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