Admito que no soy muy docto en la música italiana de ninguna decada, salvo honrosas excepciones y artistas concret@s, pero si tuviera que escoger alguna década sonora del país transalpino, seguramente sería la de los mágicos sesenta y esas formas tan divertidas de hacer pop. Seguramente os sonará por ser actualmente la canción de un spot de tv.
El clásico de hoy es Nessuno Mi Può Giudicare, popularizada en la voz de Caterina Caselli, que consiguió llegar a lo más alto de las listas en su país ese año y que fue creada por los compositores Luciano Beretta, Miki Del Prete, Daniele Pace y Mario Panzeri. También fue la banda sonora de la película del mismo título.
La canción nos habla de la historia de hablar abiertamente de una infidelidad y la propuesta posterior de una reconciliación amorosa sin complejo alguno, cosa que provocó más de un grito al cielo en esos tiempos, por la libertad que transpiraba.
En un principio, el tema estaba pensado para que fuera interpretada por Adriano Celentano y que nuestra protagonista grabó también en castellano y francés. La versión en lengua inglesa corrió a cargo de Gene Pitney. Un tema atemporal que engancha desde un principio y que con su rítmica nos dibuja inevitablemente una sonrisa.
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