
A la primera escucha del disco entiendes la razón de que la gente se llene la boca con este trabajo. Una alta complejidad en las estructuras, melodias preciosistas en ningún momento empalagosas, desarrollos geniales y un punto de vista personal a prueba de bombas.
Al escucharles te vienen a la cabeza The Byrds, Love, Crosby, Stills, Nash & Young y sobre todas las cosas el Smile del gigantesco Brian Wilson y ya solo por esta razón se le tendria que dar varias oportunidades al disco. De nuevo los de Sub Pop han acertado en la apuesta.
Y si lo que importan son las canciones, maravillas como Quiet Houses, la joya White Winter Hymnal o la casi perfecta Your Protector nos deberian dejar satisfechos y seguros de haber acertado en la elección. En resumen, uno de los grandes discos del 2008 que se nos ha ido y con todas las de la ley.
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