Lo primero que me gustó de este disco de Les Sueques es su apuesta por el color amarillo en la portada, muy arriesgado para los que sean supersticiosos (en los que me incluyo) y por ser un diseño sencillo pero efectivo.
Pero quitas el plástico y sus adentros te acaban convenciendo tanto o más que con sus "afueras", sobre todo por la impostura a veces de dejadez en la voz de Blanca Lamar, que les hace simplemente irresistibles.
Aparte por hacerme recordar tanto a mis adoradas Aias, que seguramente no tendrán continuación en disco, pero que en nuestra sección de la apuesta telúrica ya hemos tenido los primeros pinitos del nuevo grupo de Gaia, Tayga Tayga desde USA.
Vamos a lo que toca que es hablar de las canciones, comenzando por Beix, mi favorita entre las favoritas, con ese guitarra confundible con la de Albert Hammond Jr., y ese ramalazo tan 90`s; el punto sosegado e hipnótico de la muy "raveonette" Mirall; el aroma nuevaolero de Ramón (me encanta que una canción se titule así); o Terrorista, que me ha hecho pensar en los grandes momentos de Christina Rosenvinge (que son muchos).
Quizás me chirrían cuando se les va un poco más la pinza, como es el caso de S.F. o en Sòn De Mi, pero que supongo que con más escuchas se puede solucionar el problema en mi entendimiento al respecto, aunque es solamente mi opinión, y a pesar de eso me parece perfecto el camino de la búsqueda y la experimentación sonora en el campo de la música, como es el caso.
Un trabajo redondísimo y un grupo del que hacerse groupie declarado (y yo ya conozco a más de un@). Escúchalas en su página de Bandcamp y ríndete a la evidencia.
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