Debido al retraso de un día de la sección, he decidido tomarlo con filosofía y recurrir al humor que eso siempre es sano (¿nos habéis esperado al domingo?), y aparte de tirar de nostalgia he tirado de referentes claros como es el caso del genio del Poble Sec.
Jaume Sisa fue el encargado de la banda sonora, entre otras, de la obra de teatro de Dagoll Dagom, Nit De Sant Joan, una historia mágica y maravillosa con la noche más larga del año como hilo conductor de la misma. Si no la habéis visto y la buscáis por la red para disfrutarla os aseguro que viviréis una experiencia única.
Y en ella se incluía este pieza tierna y romántica y algo naïf, cargada de inseguridad a la par que de amor, y que fue una de mis favoritas en mi infancia y que a día de hoy sigo poniéndome más bien tonto. Siempre he pensado que esta canción probablemente fue la primera piedra para el nacimiento de Ricardo Solfa.
Un artista que jamás estará suficientemente reivindicado, pero más fundamental para lo que se viene a llamar cultura popular, por su personalidad y su riqueza que muchos que escudaron su falta de talento, moviendo y defendiendo banderas en las que quizás no tan solo creían.
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