Jueves
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Arrancamos nuestra segunda aventura como prensa acreditada en el FIB tan pronto como nos fué posible, y eso sucedió pasada la medianoche, lo que provocó que el primer contacto sonoro fuera con Luis Le Nuit, una leyenda de la noche barcelonesa que dió y regaló temazos a diestro y siniestro como es habitual en él.
Lo hizo desde la cabina que instalaron en el Red Bull Tour Bus Fib Club, lo que anteriormente fuera la carpa mítica en la que lo petaron Belle & Sebastian.
No terminamos su estupenda sesión ya que en poco rato empezaba el plato fuerte de la noche del jueves, la británica Florence And The Machine. Salió ataviada con un look más propio del primer Woodstock, de color blanco y radiante y descalza para hacer el completo para ofrecer a los allí presentes un derroche deenergía desbocada, impensable para los que pensamos que sus discos pegan más bien en muermo.
Grata sorpresa, si señor. Lo mejor de todo, aparte de las canciones claro, era la comunión existente con el público mayormente británico desde el arranque con What The Water Gave hasta el remate final con sendos hits del calibre de You Got The Love y la muy coreada Dog Days Are Over.
Tras ello, esperamos para disfrutar un ratito de la sesión de ElyElla Dj's, pero el trote del día y las ganas de llegar y todo lo que eso conlleva nos pasó factura y optamos por una retirada a tiempo.
Viernes
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Para servidor el viernes contenía uno de los conciertos más esperados del festival, el de La Bien Querida. Como de costumbre no me decepcionó ni un ápice, sinó más bien fomentó mi alma de groupie para y con la banda.
Disfruté como un enano con todas y cada una de las canciones y que en su traslación al directo y debido sobre todo a la emocionante voz de Ana toman una magnitud más elevada si cabe. Cantó joyitas como Ojalá Estuvieras Muerto, Poderes Extraños, De Momento Abril, A Veces Ni Eso, o la que fuera para mí un punto álgido del día, la inconmensurable Muero De Amor (y de la que hicimos vídeo que veréis más abajo).
Luego, tras pasar de refilón por Nudozurdo, a los que acabamos escuchando desde la zona vip mientras hacíamos tiempo para el concierto de Noel Gallagher y sus High Flying Birds.
El de Manchester demostró un talento y carisma que siempre se le ha adivinado y que condimentado de las grandes canciones de su repertorio en solitario (que por cierto, me tomaré el tiempo de recuperar como es debido) hacen de este artista uno de los grandes músicos de las islas británicas.
Hubo también tiempo de recordar grandes temas de Oasis como The Masterplan, Champagne Supernova, o la muy coreada y ya clásica en sus conciertos Don't Look Back In Anger. Claro, dejó el listón muy alto para que Prodigy le hicieran la más mínima sombra y preferimos ver un ratito a Polock que de calle son mucho mejores que los del pelo verde.
Sábado
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Este tercer día se nos unió a mi amada y querida Laura y a un servidor el siempre encantador Santaco, en la que según él era su posible retirada de los ruedos festivaleros y por todo lo alto.
Con él fuimos directos al conciertos de Frank Turner & The Sleeping Souls, al que no le voy a hacer ascos a su country-rock de patina vintage apoderándome del disco, y con el que conquistó más de un corazón solitario.
Y de allí de cabeza al concierto de los granadinos universales, Los Planetas, que como siempre dejaron al populacho con el culo torcido, desgranando su repertorio menos obvio con Corrientes Circulares En El Tiempo, Yo No Me Asomo A La Reja, Nunca Me Entero De Nada o tirando de hits atemporales como De Viaje, Pesadilla En El Parque De Atracciones, Alegrías Del Incendio o la anécdota estelar del festival que fué la aparición estelar de Gaizka Mendieta a la guitarra para tocar Un Buen Día, de la cual es uno de los protagonistas como todos ya sabréis.
J a modo de guiño se tomó la licencia y cambió su párrafo de la canción por un "y Mendieta ha tocado la guitarra realmente increíble" (y de la que hicimos vídeo que veréis más abajo). Babas máximos al terminar tal espéctaculo sonoro.
Paso siguiente : los verdaderos protagonistas del festival, Blur. Estaba claro que en el año de su retorno volvían al FIB como cabezas de cartel y protagonistas irrefrutables, a lo que Damon y los suyos lo demostraron desde el segundo uno, saliendo muy entregado al escenario, incluso me atrevería a decir que bastante más enchufado de lo que debería ser lo habitual sin substancia psicotrópica en el cuerpo, así que hagan cábalas...
Con la energía de unos veinteañeros (sobre todo el carismático frontman) basaron el repetorio del concierto en su último disco, con momentazo entre el público, eso si, sin stage diving como cabía esperar con Lonesome Street, pero sin olvidar clásicos de la banda como Coffee & Tv, There's No Other Way, Beetlebum, Song 2, Girls And Boys o Parklife, de la que se hizo acompañar de una groupie adolescente de entre el público para cantarla yendo de un lado a otro del escenario como si de Primal Scream se tratase, para rematar por todo lo alto con la mágica épica de The Universal.
Tras los británicos, un ratito de la sesión freak de Orlando y otro poco de The Zombie Kids, que fueron un poco recargados para mi gusto con su selección de temas.
Domingo
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El día menos intenso del pack, más cansados y más viejetes que el primer día y por circunstancias varias, no estuvimos presentes en las actuaciones de Vetusta Morla o de FFS, con la que también nos tomamos con más calma el acceso al festival.
Un poquito de The Cribs para abrir boca, otro de un Joe Crepúsculo totalmente desatado, y a ocupar sitio para Bastille, banda que de entrada me produjo una sensación ambigua y contradictoria con su épica marcial quizás demasiado mainstream, pero con el punto a favor de un sonido nítido, una buena voz y un total empaque de la banda sobre el escenario.
Decir que mi primera comparación al respecto fue con Linkin Park, con ese sonido para todos los públicos (maldita semilla de U2) pero sin ese punto ¿metal? de los americanos. Punto alto de la actuación con su revisión de Rythm Of The Night, Off The Night para ellos; y con el final y con el público entregado con su hit mundial Pompeii. Resumiendo, mucho ruido y pocas nueces a mi entender humilde.
Y un festival tan brutal no podía tener un colofón mejor para quien escribe estas líneas que los gallegos Novedades Carminha, que con su garage-punk descarado de la escuela de Siniestro Total, se pusieron en el bolsillo a guiris y no guiris del lugar con canciones tan brutales como Juventud Infinita o Antigua Pero Moderna.
El año que viene, ¿más y mejor?. Ya se verá...por ganas no va a quedar, ya que el FIB sigue y seguirá siendo el mejor de todos los festivales que nutren nuestra geografía, pese a los hipsters que pese. He dicho.
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