No voy a descubrir ahora mi absoluta devoción por todo lo que hace este genio de nuestra música que es Raúl Usieto, además de una de las personas más encantadoras y de verdad (sinó la que más) con las que he topado en este complicado mundillo de la música.
Aunque todo esto no valdría para nada si no tuviera ni siguiera haciendo canciones tan inmensas como las que hace, y este Suite es una (otra) muestra de lo que es capaz cuando se pone en harina.
Y no hay más que dar al play por ejemplo a la impepinable Inédita, rítmica y frenética con la que nos deja un segundo de respiro; a la más reposada Ingrávida, en la que Pecker hace esos quiebros de voz que tanto nos emocionan a los que le seguimos desde el principio y que esperamos en cada disco; la simple y llanamente brutal Bailas o Mueres (¿quienes decís que son Future Islands o Metronomy?) en la que nos disloca hasta el dedo pequeño del pie al ritmo de sus beats.
No quiero olvidarme de Protocolo, un indie-disco robótico y adictivo para catalogar en la estanteria al lado del primer disco de los Mendetz; y de Inolvidables, otra de las maravillas marca de la casa que se marca el oscense sin apenas despeinarse.
Lo bueno que tienen los discos de Pecker es que son disfrutables de cabo a rabo, que no hay canción de relleno que valga, que nos atrapa como siempre con unas letras cargadas de sensibilidad y de ternura, y que coño, también de un punto de hedonismo de ese tan necesario para el día a día.
Lo bueno que tienen los discos de Pecker es que son disfrutables de cabo a rabo, que no hay canción de relleno que valga, que nos atrapa como siempre con unas letras cargadas de sensibilidad y de ternura, y que coño, también de un punto de hedonismo de ese tan necesario para el día a día.
A sus pies como siempre, maestro...y perdón por tanto retraso.
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