
Toda una declaración de principios me parece arrancar el disco con Darrere La Porta, redondísima pieza de pop independiente y de estribillo memorable. Aunque ya nos habían mostrado el camino con la exquisita On Ets?, en la no puedo evitar ver la influencia del Bob Dylan más juguetón y accesible; o como dan también en el centro de la diana en canciones como No T'Oblidis, en la que la distorsión de las guitarras juega a favor de obra; o en Brut, tema con aires del surf californiano, del que Ramón Cugat y los suyos se apropian para crear un material original y único.
Queda claro que los disfruto más en sus temas más activos, aunque se manejan con soltura en medios tiempos como en Tot És Extrany o en Ens Anem Perdent, con la que rubrican este disco del que esperemos que llegue a todos los oídos que merece. Tienen razones de sobra para conseguirlo.
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