Empezando por Frecuencia Modulada, la que da nombre al disco y una tremenda canción pop de guitarras en la que declara su amor por la radio (y también alguna pullita a la forma de funcionar de algunas emisoras y artistas) e incita a la búsqueda de otros sonidos. Como por ejemplo el de Efecto Mariposa, poderosa pieza de rock intenso en la que adivino influencias (no sé si será así) de bandas como Fantástico Hombre Bala, los Héroes Del Silencio de los tiempos de Avalancha e incluso adivino en las formas de desgranar las palabras la de La Dama Se Esconde.
No menos destacables son Sin Mirar, en la que se une Silvia Gadea y en la que entablan un dialogo sonoro y de voces que emociona e impacta a partes iguales; la (muy) romántica Solo Una Vez, a dúo con Laura Antona de nuestros adorados Nos Miran, en la que hay que ser de piedra para no caer en sus redes; o Sonámbulos, en la que se adivino muchas escuchas de los grandes discos de Pearl Jam, tanto en sonido como en la forma de expresarla. Y eso es para darles un aplauso de aupa.
Seguramente su disco más diverso y ambicioso hasta la fecha y en la que se nos muestra cada vez de forma más clara que estamos ante un artista valiente, de lo más ajeno a esas modas sonoras pasajeras que acaban haciendo que todo el mundo suene igual o parecido. Aquí hay un material poderoso, cargado de personalidad y lo que es más importante, grandes canciones. No lo dejen escapar...
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