
Desde el primer tema, el que titula el disco, La educación, un canto generacional y de supervivencia, queda claro por dónde van los tiros, algo parecido a lo que sucede con Hagamos algo antes de morir.
Instrumentación preciosa y preciosista en Hay estatuas aquí, que podría estar sanamente influido por el clásico Blue Moon, aunque esto solo sea una humilde opinión. Influencias sanas, diría, tanto de los clásicos, ya sea Leonard Cohen, Nick Drake, incluso Jeff Buckley, como de su coetanio y supongo que amigo, Nacho Vegas, lo cual se hace más vigente en mi canción favorita del disco, supongo que porque me recuerda a alguno de ellos o quizás a todos, en la melancólica Boletín de la montaña.
Lo dicho, un maravilloso disco a descubrir, unas letras a las que entregarse sin reparos y un artistazo a largo plazo, del que espero que no dejemos de oir hablar, porque debería ser muy grande.
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