Hoy me salgo de mis cánones en esta nueva crítica. Aqui no hay pop de estribillo, ni falsete galés, ni tan sólo voz. Lo que ofrece el disco es la lucha contra los elementos (éxito, comercialidad, reconocimiento) de un chico, que más bien me atreveria a calificar de virtuoso y su instrumento, una guitarra acústica. Lo deja claro desde el título, así que no creo que deba haber ninguna sorpresa.Dentro nos encontramos con un material de delicadeza exquisita, como la positiva Sarah trough the wall, la casi-nana Seranetta y versiones súblimes de Le Trio Ferret en Gin Gin, de Ernesto Lecuona en la sentida Maria de la O y para mi la más preciosa y espectacular interpretación de un tema de Nirvana, desde que muriera su autor, y eso que lo ha probado incluso Caetano Veloso, con resultados un poco extraños.
Aquí homenajea Heart Shaped Box, y no lo hace de cualquier manera. Nos propone este tributo acompañado de una distorsión electrónica sutil, el golpeo de guitarra a modo de percusión y el dulce canto de unos pájaros, todo esto, mientras el tema avanza y crece de forma obsesiva.
Un disco que es capaz de acompañarte sin molestar, que te lleva de viaje por galaxias infinitas y lo mejor de todo, que pese a ser un ejercicio supongo que de ego del autor, no acaba resultando para nada cargante.
Un disco que lleva más de un año en el mercado, creo yo, que sin ningún tipo de promoción, lo cúal me parece una lástima, visto lo visto. Supongo que debe ser por lo de siempre, lo de las jodidas tendencias, a las cúal servidor, en mayor o menor grado, siempre acaba cediendo. Esperaré con ansias nuevo material de este chico.
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