Randolph Chabot continúa imparable este 2009, y tras su Keeper's, no sé cuantos EPs y material gratuito que publica en su blog vió la luz en junio el largo Moondagger (que anticipó en la entrevista que le hicimos), repleto de una amalgama de sonidos sintéticos, pop y rock de su propia lectura y una voz entre etérea y maquetera (que sí).
Ya dimos cuenta de la cantidad de referencias con las que uno cuenta (y las que muchos intentan) para describir el sonido de Deastro, y sin embargo, es inútil intentarlo ya que goza de ciertas particularidades que lo hacen único en un panorama repleto de clones. Y por sintético, creo que no encaja en todo el revival ochentero pop que se cuece de unos años hacia acá.
Su segundo largo es más de corte clásico pop y menos experimental, aunque su sonido gana en capas, y por tanto en densidad, aunque es una gozada escucharse el disco de cabo a rabo de una tirada. Pues no tiene ni una pista desechable de entrada. Vale, quizá no será el rey de la pista -aunque bién se merece una remezcla Toxic Crusaders, ¡ya!-.
Es un disco redondo de cabo a rabo, con hits ya de entrada como Biophelia, Parallelogram o Daniel Johnston Was Stabbed... (un título muuuy largo de donde sale el nombre del disco), aunque me quedo con los contratiempos de Green, Grays and Nordics, la mencionada Toxic Crusaders o la también (al final) bailable Tone Adventure #3.
Disfruten del material de este chaval de solo 23 años y una buena cantidad de trabajo a sus espaldas en Spotify.
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