
Y sucedió lo segundo. Canciones redondas y estupendas, con una marcada influencia del rock alternativo americano, con una entonación cercana a la de Eddie Vedder en algunos momentos o a Fran Healy de Travis cuando se nos pone más tranquilito.
Nos recuerdan a Counting Crows en Crystal Clear, a Matchbox 20 en Perfect Combination, a los Pearl Jam más calmosos en Elisabeth, y son capaces de regalar una canción espectacular, para mí, una de las mejores del año, con sonido propio, muy entroncado con los grupos antes nombrados, en Hands, la joya de la corona de este gran disco del mallorquín Luis Alberto Segura, cuerpo y alma de este proyecto.
Sólo me queda recomendarlo fervientemente a todos los fans de este sonido, a los fans del pop bien hecho, a los que son capaces de saber degustar la comercialidad bien entendida.
¡Me encanta este jodido infierno!
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