Nunca ha sido uno de esos artistas que se acomoda en un estilo, y eso supongo que le engrandece. Otro caso es que a servidor se la meta doblada y me haga tragar Las consecuencias como su disco de madurez y todas esas mandangas.
Me parece más bien un refrito de canciones y temáticas anteriores, siempre bajo el tamiz de su pluma, que siempre he considerado de las mejores entre los músicos de rock de este país, y se pasa de soporífero y monótono. También osaría decir que Bunbury trata de acercarse a su compañero de fatigas, Nacho Vegas, y como eso no es tarea fácil, sale perjudicado en el intento de hacernos parecer más triste y más deprimido de lo que realmente está.
Todo y con eso, no diría por ejemplo que Es hora de hablar no es un temazo como un campanario de grande, ni que la revisión del clásico que popularizó Jeanette (y también y mucho mejor El Hombre Burbuja), Frente a frente, junto a Miren Inza de Tulsa, la considere la mejor del disco y además con diferencia. Lo que más te gustó de mi, que también me gusta bastante (de él), creo que quedaría mejor en la voz, tal vez, de Julio Iglesias, y no lo digo como una burla, sinó como una opción.
Casi todas las demás me parecen soporíferas y me aburren como una ostra. Tal vez la crítica especializada, dirá que es su mejor disco, por eso de ser un tostón, que eso vende, pero a mi no me lo parece lo más mínimo, y el anterior ya no me pareció a la altura, así que la carrera del maño, en cuanto a mi gusto ha ido a menos y nunca llegará a las cuotas del grandísimo Flamingos, para mi, su obra cumbre, al menos hasta la fecha.
Tal vez le seguiré dando algunas oportunidades por los viejos tiempos, pero no creo que demasiadas.
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