Quizás viendo esa máquina de escribir congelada de la portada, podríamos haber intuido que de alguna forma, los viejos tiempos terminaban para dar paso a un futuro incierto.
Visto desde la ventaja que da la distancia y el tiempo, me aventuro a decir que si no estamos ante el que fué su mejor disco (que yo creo que si), al menos es el más completo.
La voz de Jaime sonaba pletórica, intensa como nunca (y como siempre) y las canciones se clavaban como un dardo en nuestro pecho con su fuerza, su épica sútil y ese falsete controlado y para nada estridente del vocalista.
Llevaba consigo una ristra de canciones atemporales, que con el tiempo se han ganado merecidamente el aura de clásicos, al menos personales, como sería el caso de la increible Nonsense, una de las favoritas para el que escribe de su discografía y me aventuro a decir que del indie estatal, y en donde nos insisten en que somos libres para soñar; la más guerrera No one's better, canción que debería haber copado las listas de éxitos en un mundo lógico; la preciosa By the fire side, que me produce lo mismo que conseguía el gran Jeff Buckley en cuanto a emociones y piel de gallina, y se nos despedían con Thank you too, ¿un guiño quizás?, ¿un agradecimiento persona por persona precioso?, fuera lo que fuera, los mallorquines nos dejaron huérfanos y dejaron un hueco en nuestra música, que solo podrán llenar ellos mismos "arrejuntándose", y que no sea solo para una tanda de conciertos.
Esto es un ruego, un tributo y un agradecimiento a partes iguales, a uno de los grupos de mi vida, de esos que me ha dado tantas cosas y que espero que me siga dando.
"Cause you're also free to write nonsense, you might be dreaming on and on...and again!..."
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