¿Que haces cuando un grupo que te encanta pierde su frescura?, ¿hay que obviarlos?. Yo he tomado esta decisión con el último trabajo de The Sounds.
Estos suecos, con unos trabajos precedentes sin casi pegas, y quizás unos de las mejores revisores del legado de Blondie, vuelven en un trabajo excesivamente cargado de sintetizadores y de canciones sin pegada ni gancho.
No creáis que no me duele decir esto de ellos, ya que me han dado muchísimos y buenos momentos y no sólo con la conocida Tony the Beat, quizás una de las menos potentes de entre sus hits, y que aquí precisamente se echa de menos algo minimamente parecido.
Con un título inicial como It's so easy, podríamos haber previsto que no sería fácil que nos gustara, con una entrada eterna más propia de Vangelis y una tonada faltada de punch y solo consiguen sacar a flote tres canciones, más o menos en la línea fresca y directa del pasado, como la mal elegida como single Better Off Dead, sobrecargada de ruiditos electro y de sintes; la titular del disco Something to die for, bastante resultona, todo hay que decirlo, aunque peca un poco de lo mismo que la anterior; y por encima de las demás, la posiblemente más redonda de todo el disco, The No No Song, por efectiva, por agresiva, por bailable y por la sencilla razón que la entrada es perfectamente pinchable con Pesadilla en el parque de atracciones de Los Planetas.
Un trabajo que deja mucho que desear con lo ofrecido, y que no nos hace ser muy positivos con lo que pueda venir con el tiempo, pero no seamos agoreros y demosles un mínimo de confianza en que resurjan de estas cenizas que son Something to die for.
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