La guitarra de Mick Jones le da ese brio tan The Clash fusión de ska y rock que a tantos nos volvía locos, y de la cual me temo que Joe Strummer estaría orgulloso.
Llevábamos siete años sin sus discos, y del de Jakob Dylan en solitario mejor ni hablar ya que era un absoluto coñazo, pero aquí, ¡ay aquí!, tenemos justamente lo que esperamos del grupo.
Rock americano clásico, de ese que bebe de genios infravalorados como Tom Petty, o los Counting Crows del gran Adam Duritz.
De acuerdo que no hay nada nuevo en el horizonte, pero canciones como Reboot The Mission, en la que repite Jones; I Won't Belong (Till We're Not Wrong Anymore), en la que por momentos su voz se puede confundir con la de Eddie Vedder; la contudencia en todos los aspectos de la bluesera Hospital For Sinners; o la un poco más pop Have Mercy On Him Now, que me suena muy Springsteen de la época Human Touch, deberían ser razones suficientes para escuchar repetidas veces este disco.
No hay ningún clásico atemporal (supongo) como One Headlight, ni falta que le hace, pero trabajos tan apañaditos de buen rock nos vienen haciendo falta.
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