A ver, para comenzar, decir que sería de ilusos esperar una obra maestra de parte de Aerosmith, ya que tampoco es lo que se espera de ellos, y menos a estas alturas.Un grupo que ha hecho bandera de seguir anclado en sus riffs de hard-rock ochentero, aunque nos cuenten que hace música para otra dimensión, me temo que como mucho llegan a una especie de episodio en bucle de la desconocida (dimensión).
También decir que un pedo de Steven Tyler y Joe Perry siempre me parecerá mejor que tres discos enteros (y consecutivos) de los absurdamente llamados punks Green Day, aunque la profundidad en ambos casos brilla por su ausencia.
No hay esa sensación de peligro de los viejos tiempos, y el vocalista da pasos hacía el acomodamiento propiciado por ese programa de mierda que presenta en la tv americana, me supongo.
El único destello de vida parece asomar en la muy "stone", Oh Yeah, el resto, baladones con exceso de azúcar que nada tienen que ver con la soundtrack de Armaggedon, la que al lado de estas sería como la más dura de Sepultura. Que si, que podrían estar viviendo de rentas, de discos de grandes éxitos y de conciertos gigantes a base del pasado, cosa que escuchando este mejunje quizás hubiera sido lo mejor. ¡Que esto no lo salva ni Johnny Deep!.
También dejar claro que es solamente mi humilde opinión, ¡eh!. Poco más que decir cuando la portada de un disco es lo mejor que tiene el susodicho. Sobran liftings y falta rock'n'roll...
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