Esta semana ha fallecido una de las figuras más representativas de nuestro pop y que menos que dedicarle el clásico telúrico a Junior, últimamente más recordado por ser el viudo de Rocío Dúrcal y por sus problemas varias que por su música.
Formó parte de grupos tan esenciales como Los Pekenikes o Los Brincos, y junto a Juan Pardo al separarse el grupo crearon Juan y Junior, protagonistas también de páginas más que brillantes de nuestra música de ayer, de hoy y de siempre.
Por discrepancias que realmente no nos importa, inició una carrera en solitario con la que no consiguió ni el éxito ni trascendencia esperados y se acaba difuminando como la sombra de su exitosa esposa y abandonando por completo la música.
Y que menos que reivindicar alguna de sus canciones a solas, esta Oscuridad, cargada de matices y de arreglos brillantes, y en la que reluce especialmente la bonita voz de este artista, que personalmente creo que mereció más suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario