Admito que tras lo que había leído previamente al respecto y razón por la cual me apoderé de sus dos trabajos pensaba que sería uno de los discos internacionales que más me afectaría, pero no ha sido ni tanto ni tan calvo.
Este casi clon de Buddy Holly practica sonidos añejos y a primera vista anti-comerciales en los tiempos que corren, como es ese blues clásico y básico tirando a espesote, que si, el lo dota de un sello propio pero sin conseguir, creo yo, resultados excepcionales.
Puestos a destacar me quedo con This Is A Game, juguetona, divertida y con unos vientos totalmente brillantes, el maravilloso y fino soul de Holly, con la que precisamente titula el disco y Dead Room, a la que atisbo un punto a lo The Four Tops, el resto, aunque grabado magistralmente, de eso no tengo ninguna duda, simplemente no me llega.
Supongo que para comprender la auténtica magnitud del personaje debería disfrutarle en directo, lugar en el que quizás las canciones tomen otra vida y probablemente las haga más apetecibles, pero mientras llega ese momento yo me quedo con menos de la mitad del disco. Por cierto, bonita portada.
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