Partiendo de los emocionantes momentos que me hizo pasar con su música en Fang y hasta ahora, me declaro y declararé fan para siempre de la voz y de la forma de expresar las canciones de Mariona Aupí, que ahora vuelve a sorprender con su primer trabajo en solitario.
Tras su etapa en Santa N junto a Carlos Ann (otro de los grandes), y que ahora se ocupa de la producción, en Criatura nuestra artista desenvolupa todas esas dotes para la emoción y esa oscura forma de seducción que es desde siempre una de sus señas artísticas y a la que es casi imposible no caer hipnotizado.
Con la titular del disco, que parecen dos canciones en una, con un arranque y letra enigmáticos y unos arreglos electrónicos sutiles que van creciendo y creciendo hasta conseguir un ritmo casi tecno (pop); la burtoniana belleza de Árboles Negros, que realmente parece hecha para ser cantada a dúo con Nick Cave; la casi robótica Pedralbes; o la extrañamente bella Lanzador De Cuchillos, con un ligero aire de cabaret decadente conforman una paleta de diferentes colores la que se nos ofrece, siempre a caballo de la rotunda personalidad y la magia que emana desde siempre de la garganta de la siempre bella Mariona.
Espero que tras este disco queden atrás esas comparaciones con PJ Harvey, ya que además que actualmente no tienen nada que ver, considero que nuestra protagonista de la reseña ha optado por un camino más vanguardista y original que la británica, que personalmente creo que no pasa por su mejor momento, y que me da que pensar si este Criatura tuviera más altavoz internacional tal vez le daría el status que merece tanto en nuestro música como en la de todo el universo. Abrumadora belleza hecha música...
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