Grata sorpresa este trabajo comandado por la argentina Popen Vidal y armado de trazos de belleza irrefrutable a lo largo de las ocho canciones de lo conforman.
Tanto el tono como los títulos de las mismas no tendrían que disgustar para nada a los seguidores de Devendra Banhart, ya que utilizando recursos similares, a mi entender consiguen sacar resultados más bellos y originales que el susodicho.
Partiendo de temas con que entremezclan la tradición cantautoril sudamericana, los ecos de Woodstock y las gotas justas pero necesarias de jazz, nacen canciones de gran hermosura como Roja Luna con la que lo inician, la pausada Agua En La Casa, o Ya Será, en la que brilla especialmente la voz de Popen con sus quiebros y registros varios, y que apetecería realmente escuchar en un club lleno de humo.
De piel de gallina escuchar los casi diez minutos de canción con la que cierran este círculo mágico que es su disco en la arrebatadora Sonrisas En El Cielo, que recomiendo disfrutar y paladear como es debido, y no quisiera olvidarme (y para terminar) de Orillita, capaz de crear una atmósfera envolvente como pocos a caballo de esos acordes casi de rock progresivo.
Un material de recorrido y de disfrute prolongado si te administra en el momento y en el lugar adecuado como ha sido mi caso, y que ya digo desde aquí que lo eviten esas personas de primeras escuchas para no sacar conclusiones precipitadas, ya que no estamos hablando precisamente de fast food musical.
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