Comenzaré diciendo que este personaje, a pesar de conquistarme con algunas de sus guitarrazos, siempre me ha hecho pelusilla, y opino que tiene un ego a la altura de su soberbia, con la cual no afronté este disco con muchas ganas.
Supongo que será por eso, ya que no va a recibir de mi parte demasiadas escuchas más, aunque también influido por los comentarios sin sentido en contra de The Black Keys, que tampoco los voy a defender a ultranza, pero cuando no hay razones para ello opino que es provocación por falta de buenas canciones.
De Lazaretto me conquista en la luminosa Alone In The Home, probablemente por salirse de su patrón totalmente y en Just One Drink, pura influencia stoniana, aunque me supongo que que no permitiría la comparativa y diría que nació de sus adentros cual pozo de petróleo; el resto, con su pan se lo coma.
Quiero presuponer que ahora lo de admirar a este excéntrico está bien visto entre la muchachada trendy, cosa que ya de entrada me aleja de su música y aún más de todas sus estupideces. Decir esto puede que suponga algún ataque directa a este humilde opinador, pero a mi ni con este ni la mierda que ha hecho con el A Letter Home de Neil Young me la cuela, así que allá de quién se lo quiera comer.
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