Hace pocas semanas se cumplieron 25 años de la publicación de uno de los discos que más me marcó en esa maravillosa década sonora de los 90's. Hablamos de Grace, el único disco de estudio que editó Jeff Buckley en vida. Él mismo junto a Andy Wallace se encargaron de la producción de esta material que salió bajo el amparo de Columbia Records.
Recuerdo hasta como lo descubrí. Fué gracias a Gerard Quintana, vocalista del grupo Sopa De Cabra, en un programa cultural de Tv3 llamado Autògrafs en el que hablaba de los discos o artistas que le habían influenciado.
Entre ellos estaban Ben Harper, Sisa y un para mí desconocido artista "maldito" que es el que hoy nos ocupa. Al escuchar su lírica y la emoción que desprendía en cada palabra lo pedí al segundo no recuerdo claro si por la revista Tipo o por Discoplay.
Como tantas veces ocurre, se me ocurrió dejarlo a alguien y nunca volví a recuperarlo. Eso si, nunca ha dejado de ser de mis discos de referencia. También creo que de no haber existido este material, la carrera de bandas como Muse, Radiohead o Starsailor no hubiera tenido las elevadas cotas emocionales conseguidas en sus mejores momentos. Y la elegida del disco es la que lleva su mismo título, triste, oscura y con una emoción brutal en cada una de sus notas y sus palabras.
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