Cada vez que me enfrento a un nuevo trabajo de Iván Marcos, me siento feliz, cosa que en el mundo en que vivimos, pues no se paga con dinero. Y digo eso, ya que cada propuesta sonora que nos ofrece este prolífico y genial artista, sabemos que nos va a hacer viajar de muchas maneras con sus canciones.
Empezando por Espacio, Tiempo, tema que da nombre al disco y que es una gozada con todas las letras (y en mayúsculas), un dream-pop psicodélico que aunque no tenga estribillo resulta infalible melódicamente; siguiendo por Dentro Del Planetario, con la que creo firmemente que es imposible no caer hipnotizado ante su influjo; y siguiendo por la juguetona El Amor Cuántico, que nos dice eso de que "el tiempo y la distancia lo van a arreglar, que cuanto menos nos veamos, mucho mas vamos a querernos" algo que alguna vez hemos pensado tod@s seguramente.
Nadie dijo que fuera fácil, ya que su apuesta por la experimentación con la electrónica sigue presente, y no hay más que enfrentarse a la tribal (y prog) Mother; la expansiva Ciento y Un Robot; la más estridente Promesas Del Pasado; o El Día Más Largo, belleza pura y dura en poco menos de dos minutos y de la que se arma de de la distorsión de su guitarra electrica y su voz para emocionarnos dan fé de lo que digo. Si es un grande, se dice...¡y punto!.
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