Bien lo sabe Dios y Nuestra Señora del abrigo de pana (en el caso que alguno de los dos exista), que quería que este disco me gustara, aunque sólo fuera por razones romántico-sentimentales muy poderosas.
Parece que a este chico le ha sonado la flauta del hype con este disco, y ya no solo de eso, sinó del ensalzamiento en blogs y revistas y en reuniones de eruditos, cuando a mi entender, solamente se ha limitado a sobrecargar a lo ancho lo sútil y melancólico del disco anterior.
Previa provocación en facebook, observé que decir que no me gusta sería fruto de la incomprensión y de claro síntoma de mi estupidez elevada, y volví a intentarlo, aunque con menos ganas que antes, y me volvió a cansar, y señoras y señores, lo que no va a hacer este humilde mortal es tragarse un disco, entrado con calzador.
No destacaré ninguna canción, ya que me parecen un compendio de sobreproducción excesiva y un ejercicio de ego exultante por parte del protagonista de la reseña, lo que si no me quiero callar, es que si en esto se ha quedado la palabra indie, que antes era la suma de banda+actitud+distorsión, ahora es un tipo con camisa de cuadros, pelo aceitoso y barba colgando o jovencitos imberbes haciendo ruiditos, a este paso yo me vuelvo perroflauta, que al menos ellos se lo pasan pipa y no tienen que soportar muermazos de tal calibre.
Estoy preparado para el ataque enfervorecido de las masas, aunque en el caso de que lo haya, me dejará igual del frío que el disco.
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