A veces está bien desconectar de eso de estar al día y recuperar discos como la copa de un pino, que es como deberíamos catalogar este Labour Of Lust.
El bueno de Lowe, tanto como productor como de cantante, nos deja claro que lo suyo es básicamente hacer las cosas con un gusto exquisito, y incluso en este trabajo, el tercero que publicaba, picaba de varios lugares para conseguir una ristra de temazos redondos como pocos.
Claro que la cabeza visible de todos ellos era esa manzana envenenada llamada Cruel To Be Kind, una gema de pop casi perfecto, pegadiza como pocas, pero que marcaría para siempre su trayectoría, al relacionarle inexorablemente siempre a ella.
Aunque realmente a mí eso de hacer una canción immortal y que te recuerden por ella me parece que debería enorgullecer a quien lo consiga y no hacerse los pedantes como hacen Radiohead con Creep, por poner un ejemplo o The Drums con Let's Go Surfing.
En fin, finuras como Dose Of You, Love So Fine o Cracking Up, el rockanrollazo Switchboard Susan o la exquisitamente delicada You Make Me no deberían pasar al tren del olvido, por mucho hit-single que tenga un disco.
Una maravilla que nadíe debería pasar por alto, o sea, lo que vendría a ser un clásico en toda regla. (Y pensar que yo nací un año antes y ya le digo clásico a un disco un año menos viejo que yo...).
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