Cuando el bueno de Bruno de Freelastica nos hizo llegar el adelanto de este Daydream, la fulminante We'll Set The World On Fire, ya nos pusimos alerta, cosa que se concretó al poder disfrutar del resto de canciones que lo componen.
Es esta una canción adictiva hasta decir basta, con unos teclados que nos transportan a bandas como Yazoo, y con que ese silbidito que la acompaña se hace sumamente imprescindible en cualquier fiesta que se precie; aunque aquí lo que abunda son temas con alma de hit, caso por ejemplo de la redondísima The Pretender o de Distant Dream.
Es evidente que han mamado mucha música de los 80 y los primeros 90, antes que estos fueran totalmente absorbidos por la música dance machacona que predominó por desgracia a diestro y siniestro por estos lares; y en casos como Don't Say A Word atisbo en su sonido un poco el alma de nuestros Azul y Negro, banda que posiblemente ni les suena.
Pero no todo van a ser pepinazos rompepistas, que también de flotar vive el hombre, y así podemos dejarnos llevar y volar por la brumosa Strangers, canción con la que cierran el disco, un más que dignísimo broche de oro a un disco y una banda que a mi humilde entender deberían estar copando los carteles de los festivales de este verano. A ver si es verdad...
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