También es de recibo reconocer que servidor siempre he sido más seguidor de Faith No More, que de Tomahawk y Fantômas, grupos paralelos que considero unas flipadas encantadoras pero que no soy capaz de entender demasiado todavía, aunque todo y con eso, me provoquen curiosidad.
Su nuevo proyecto, recuperar clásicos de la música ligera italiana y dotarlas con su personalidad, y lo que podría haber resultado un verdadero cagarro, acaba siendo un disco inmenso y envolvente, seas o no seas seguidor del artista.
Consigue sacar oro puro de Il cielo en una stanza, de Ore d'amore, de Deep Down del gradísimo Morricone y como rareza del disco y guiño para sus fans de siempre Urlo Negro, donde consigue aunar el estilo del disco, con berridos y arreglos metaleros, para rematar el tema con cierto regusto yé-yé francés.
Este trabajo seguro que no dejará indiferente a nadie que asuma el riesgo de paladearlo como es debido, ya que habrá quien pensará que es otra taradez de Mike Patton, lo cual tampoco es tan descabellado pensarlo, pero estamos ante un trabajo lleno de riesgo, lleno de melancolía y lleno de savoir faire.
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