Muchas veces me he preguntado que quien coño es el que avisa a los grupos o cantantes que han estado en lo más alto, cuando están rozando el ridículo y explorando la más absoluta de las decadencias.
Creo que a los galeses les haría falta, visto lo visto, ya que este último trabajo se agarra con pinzas, por decirlo finamente y sin ofender. Los atisbos de mejora que asomaban en su disco anterior, aquí quedan diluidos y viven en una autocomplacencia y un exceso de producción (si,si más aún de lo habitual), con lo cual, acaba resultando un coñazo indigerible.
Todo parece que ya lo hemos escuchado antes, no hay ninguna canción diferente o con una magia especial, incluso llega un punto que te hartas de escuchar la voz forzada de James Dean Bradfield y rezas porque aparezca aunque sea la vocalista de The Cardigans, para por lo menos perdonar el resto de desastroso material. No lo salvan las colaboraciones de el pedante John Cale; el ex-Guns & Roses, Duff McKagan, el cual hace honor a su apellido y Ian McCulloch, que no entendemos que hace en todo este fregao.
De canciones salvo de la quema, la titular del disco y eso haciéndoles un favor inmenso; (It's not war) Just the end of love, el single de adelanto y I think i found it, aunque les metería la madolina que han colado para hacerla ¿diferente? por un sitio dónde no se la quisieran encontrar.
Muy pobre resultado para un grupo que aunque con cuentagotas nos ha dado tan buenos momentos y que en su obsesión por ser los nuevos Queen y gustar a todo el mundo, han acabado siendo unos malos caricatos de sí mismos.
Si van a seguir por este camino, mejor que no publiquen ningún otro disco más. Y como en (casi) todas las pelis donde aparece Tim Roth, aqui en topless en la portada, servidor hará la vista gorda y digo casi por Four Rooms, que sinó...
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