Que agradable saber que los genios siguen en pie de guerra. Siguen en su lucha contra el alerdamiento total al que la industria musical sigue tratando de someternos, a base de taradas con escote hasta los tobillos, cantantes de karaoke con sobreexposición o niñatas de Disney con pantaloncitos del tamaño de un cinturón; y lo hacen con talento, con gusto y sobre todas las cosas, con inteligencia, virtud de la cual carecen los antes nombrados casi por tendencia.
Elvis Costello es un prodigio y lo mejor de todo es que el mismo lo sabe, y la prueba es este disco.
Y es que un trabajo capaz de encerrar canciones como Five Small Words, canción que nos remonta a sus clásicos y nos dibuja una sonrisa en el rostro; I lost you, con la que ocurre tres cuartos de los mismo cuando nos dejamos llevar por esa dulzura única en la voz de Elvis; la jazzie My lovely Jezebel, simplemente espectacular y sobre todas las cosas, A voice in the dark, con la cual he deseado inmediatamente tener el correo de Woody Allen para recomendársela fervientemente como banda sonora para alguna de sus siguientes películas.
Puro deleite grabado en Nashville, lo cual se nota en el espíritu de la mayoría de las canciones, acompañado de músicos que merecen la categoría de legendarios, como el gran Marc Ribot, y que puestos a destacar cosas, con una portada genial y crítica con el mundo que nos rodea, a partes iguales.
Les suplico que pierdan algún poquito de su hermoso tiempo explorando esta maravilla. No creo que vayan a arrepentirse.
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