Para que luego digan que cuando uno esta feliz no se nota ni se transmite, aunque en este caso, ¿quién no sería feliz al lado de la diosa terrenal llamada Zoey Deschanel?.
Ben Gibbard y sus chicos quizás no hayan hecho su disco cumbre, ni su disco más experimental (esas cosas ya lo hacen otros), y aquí en este "cifrado" disco, se nos sueltan un poquito la melena y nos cuelan algunas sintes en su justa medida para hacer una colección de canciones pop rematadamente encantandoras (es una sana costumbre en ellos), con su puntito de amargura loser, que siempre es necesaria.
El single Home Is A Fire , quizás no es la que más y mejor venda el disco, pero tiene un "nosequé" que te va atrapando piano piano; quizá la más adecuada para tal menester era la muy New Order, Some Boys, un auténtico hit con una línea de bajo tremenda, y con un crescendo de tensión progresiva simplemente genial.
Aunque si me hicieran escoger una entre todas ellas, la elegida sería Portable Television, una exquisitez pop de coros encantadores y un ritmo divertido y trotón que puede recordarnos a los hits infantiles de They Might Be Giants.
Material refrescante para estos calores desproporcionados e innecesarios.
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