Por fín el esperadísimo disco de La Casa Azul campa a sus anchas en mis reproductores varios: pc's, ipod, en el equipo de música (esa reliquia relegada al olvido), y lo hace de forma permanente y repetida.
Guille Milkyway ha hecho su disco más adulto, más profundo, más oscuro, todo eso sin perder unas señas de identidad personales, envolviendo dardos envenenados en melodías alegres y joviales, para hacernos bailar mientras barrinamos lo que nos está cantando.
La crítica ácida a los que maduran antes que otros y nos crítican por querer seguir siendo unos petardos, a ritmo discotequero a lo Bee-Gees que es La Fiesta Universal; el puntazo maravillosamente Motown de Todas Tus Amigas, con alma de clásico y que no dejo de imaginarme en voz de Diana Ross & The Supremes y que deja finas a todas ellas en la letra; el himno a la desconexión y a disfrutar del momento que es el hit-single Los Chicos Hoy Saltarán A La Pista; esa picada de cresta a los altos mandatarios europeos (incluso vale para los demás), vistiéndola de metáfora de fin de la fiesta y a ritmo de J-Pop que es Europa Super Star; esa recreación a lo Woody Allen y en plan Pimpinela con Annika que es La Vida Tranquila, donde desnuda sus miedos y sus paranoias y con la que me siento tan identificado personalmente en todas/os y cada una/o, con trozos como "me preocupa el dolor, el insomnio, que pase el tiempo, me da miedo la muerte, y a veces la gente" que son buena muestra de lo que digo.
El inteligente ataque de ansiedad radiado que es Colisión Inminente (Red Lights, Red Lights); esa envidia cochina a los jovencillos imberbes por ya no poder vivir esos momentos de inocencia y locura a la vez, y a veces ni tan solo recordarlos que es ¿Qué Se Siente Al Ser Tan Joven?; una de esas marca de la casa que es Una Mañana; o mi preferida hasta la fecha (si es que soy capaz de elegir entre tanto temazo), una canción en la que he encontrado una empatía 100% de la primera a la última letra, con esa añoranza al amor de la vida de uno, los auto-engaños para seguir tirando con una falsa sonrisa que es Sucumbir; "y es que por momentos anhelo tu radiante alegría, tus salidas, tus ideas acerca de cómo esquivar el final y me perturba el deseo de tener otra vida más tranquila, más ajena al bullicio y al gris devenir bipolar" una sentencia en toda regla de los pensamientos internos de tanta y tanta gente.
La Polinesia Meridional deja claro que no hay artista pop ahora mismo al nivel letrístico ni musical a la altura de Guille Milkyway (al menos para mí), y que la vida puede ser menos dura con sus canciones, himnos de auto-ayuda, de supervivencia y de hipocondria asumida, que muchos tanto necesitamos.
Para mí, el disco del año, no tengo la más mínima duda, y eso que este año ha sido prolífico en cuanto a calidad y cantidad. ¡Eres muy grande Guille!
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