Me hace especial ilusión hablar del nuevo de Maga, contento con el resultado casi al 100%, ya que en los últimos tiempos, sus canciones eran más bien material de relleno que no llegaba a la altura ni por asomo, de las inmensas canciones del primer disco.
Han afilado sus guitarras, y han optado en su mayor parte por una inmediatez para nada esperada en los sevillanos, que son capaces ya de conquistarnos desde ese single de avance increiblemente increíble que fué El Ruido Que Me Sigue Siempre.
Pero es que desde el arranque con Hagamos Cuentas, ya nos damos cuenta de que algo ha cambiado, quizás por culpa del productor, Ramón Rodríguez (The New Raemon), que aporta su granito personal en el recrudecimiento sónico.
De Memoria reverdece viejos laureles del grupo, con una de esas letras tan sentidas desde el fondo del alma, con sentencias como "apostaste al perro ganador, cuando no hubo apuestas, el perro te abandonó"; nos atrapan desde el punteado inicial con la tremenda Tres Segundos, quizás la mejor del disco junto al single, con unas guitarras fieras y atronadoras, muy cerca por momentos de los mejores logros de los añorados Surfin' Bichos.
Otro acierto destacable es, aunque en principio creamos que nos va a aparecer Jarabe De Palo haciendo el pelmazo con Depende, es En Mi Honor, que va creciendo por momentos, y que acaba siendo dos canciones en una, con otra de esas letras marca de la casa como "y aunque no tengo argumentos sería feliz, si ni mi a boda ni a mi entierro queréis venir", poco más que decir al respecto, ¿no?.
Una vuelta de tuerca, agradecida y ansiada en el sonido de Maga, que aunque no consigue logros como los emblemáticos Diecinueve o Agosto Esquimal, consigue nuevos himnos para algún supuesto Greatests Hits, y sobre todo, para darlo algo más de brio a sus místicos directos.
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