Me he tomado mi tiempo para realizar esta reseña, o quizás un poco más de lo habitual, ya que quería otorgar el mismo nivel de coherencia, respeto y cariño que recibimos por su parte desde la primera toma de contacto.
Y claro, arrancando el disco con esa intro chinesca con reminiscencias al Silent Night previa a la primera canción que es Antonio Luque, una adaptación del Ángela de Sr Chinarro y que suena más dulcificada sonoramente en su tránsito al catalán, y conteniendo en sus adentros Estimadíssim Turista, que formó parte de nuestro Veranismo Telúrico, por lo cual le tenemos un cariño especial, pues pocas pegas le podemos poner como es lógico.
Sigue presente la influencia del imaginario de Joan Miquel Oliver en el reggae en L'Home De L'Einsmann, aunque es menos evidente en el resto de canciones a diferencia de su anterior trabajo, el estupendo Jo Què Sé...Es Diuen Tantes Coses! y del que también adapta Conill incluida en su Bestiari; pero nos sorprende enormemente con la lírica de canciones como Fumant A La Vora Del Tàmesi en que transforma un paisaje bucólico en la mismísima capital inglesa, o en És La Guerra, en que la voz de Xavi nos puede recordar incluso al vocalista de Manel y en la que cuenta con la participación de Cesk Freixas para explicarnos en primera persona aventuras en trincheras belicosas.
Un disco que se debe escuchar de cabo a rabo y con las orejas bien abiertas y que ha contado con la producción de dos grades como Albert Palomar y Nando Caballero, lo que para el populacho ya debería ser un garantía más que clara de la magia que podremos encontrar en sus adentros además de que en un mundo cuerdo debería ser el asalto a una cantidad de público más amplio, poder que de momento copan bandas con menor calidad a nuestro entender.
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