Puede que te descoloques la primera vez que te enfrentas al disco, ya que con la portada tan a lo Meredith Brooks, puede engañar un poco con el material que contiene en sus adentros este Arché, contundente y enérgico por los cuatro costados y en el que queda latente la personalidad de nuestra protagonista ante todo.
Desde los guitarrazos casi metaleros de la inicial Ameba a los guitarrazos del épico single de presentación que es Tic-Tac (cuidado con la realidad de "porque hay sonrisas que no dicen nada, los hay que bailan y no tienen son, propósitos que nos recortan las ganas, cambiándonos el renglón, deja que camine lento el reloj"; del himno universalista que es Baile De Máscaras a Veneno, que en un mundo lógico lo estaría petando en las radio-fórmulas con su rock cargado de aromas reggae, todo nos hace pensar que estamos ante una todo terreno con las ideas clarísimas y la mente muy abierta.
Me gustaría destacar la impecable revisión del Andar de Cecilia, a la que le da nuevos bríos y también Cristal Oscuro entre todas ellas, por la sencilla razón que, tras unas metáforas de tono casi bélico y de una forma más que sutil pone sobre la mesa situaciones sentimentales que le pueden suceder a todo hijo de vecino, y que personalmente me la he apropiado.
Canciones tan sinceras como la sonrisa que nos ofrece en las fotos de la antes citada portada, armada de letras comprometidas tanto con su persona como con el resto del mundo, lo que me parece algo destacable en estos tiempos tan egoístas y con tanto autómata por ahí suelto.
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