Hoy he querido poner a Cat Stevens en el clásico de la semana, y concretamente con esta canción, ya que fué mi padre quien me lo descubrió y de quién pude degustar los discos de este musicazo, que a pesar de todas las sus historias religiosas que le rodean (soy muy ateo), me parece uno de los mejores de la historia de la música.
Un diálogo musicado en formato acústico entre progenitor e hijo ante los cambios vitales, ante el devenir de la vida, y en la que pide consejo como persona más curtida, cosa que muchos no hicimos ni haremos por tener el carácter que tenemos. Una delicatessen que formó parte del disco Tea For The Tillerman.
La lucha del yin y el yang, de la rebeldía y la experiencia, el saber de lo vivido y la ignorancia de la juventud, que nos transmite también en el tono que canta los fragmentos en los que habla cada uno de los personajes de la misma.
El padre pausado, el hijo casi gritando y enfadado, y la conclusión que cada uno tiene que hacer sus pasos según su criterio, pero que los consejos de un padre deben tenerse siempre muy en cuenta, ya que siempre serán para bien. Yo se lo dedico al mío, que en unos días hará un año que nos dejó y se le echa demasiado de menos. Sé que le gustaba mucho esta canción, así que : va per tú, papa!.
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