Desde el primer momento de contactar con la banda el simple hecho de ser de Granada ya les sumaba puntos sin haberles escuchado, ya que (casi) todo lo que llega de esa tierra en lo que a pop independiente se refiere es para darles de comer aparte.
Y eso se confirmó desde el momento de hacer el primer play a Polonia, canción que la que se abre el ep que nos ocupa, emocionante canción con sus dosis justas de distorsión y con una lírica apabullante con momentos geniales como "sóplame para volar más alto, cuando estás me haces de viento, aunque ahora las caricias se las demos al cristal, pronto nos abrazaremos bajo el cielo de Graná" que dejarán con el culo torcido a cualquiera.
Y seguidamente nos topamos con Domingo, tema que seguramente encantará a quien disfrutó como un enano con Detroit, el último disco de Miss Caffeina (servidor), ya que tiene la dosis justa de épica, de pausa, y con la voz limpia y emotiva de su vocalista David Cuero. Os aseguro que me quedo con ganas de mucho más.
Seguramente lo habré dicho más de una vez en esta sección, pero en este caso lo quiero subrayar con fosforito de varios colores, y es que creo firmemente que Indianápolis están sentenciados para firmar grandes momentos de nuestra música alternativa. Espero que recuerden estas palabras cuando eso suceda. A modo de remate, decir que me muero de rabia de no haberles conocido antes y no haberles podido tener en ninguno de nuestros discos del verano, hubiera sido espectacular el resultado, estoy seguro... a ver si para el de 15 aniversario...
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