Lo que hoy voy a presentar no es un disco como se entiende al uso, aunque no es la primera vez que se graba algo parecido. Sí señores, los americanos The OneUps han versionado la banda sonora del tan genial juego de SNES Super Mario Kart, en el que tantas horas servidor se ha viciado. Porque 'viciado' es la palabra. El modo multijugador todavía hoy sigue presente en el subconsciente jugón de los de la quinta de los ochentaytantos.
Pero a lo que musicalmente se refiere, The OneUps han reescrito la obra de Soyo Oka y Taro Bando en algo que podria ser parecido a lo que Alcohol Jazz hubieran hecho con las mismas partituras, pero no tan funks, y sin efectos ni sonidos 8bit. Con alguna excepción más metalera -necesaria- para el tema de la carrera de Bowser, los clásicos como Mario Circuit o Donut Plains reciben una reinterpretación en instrumentación real muy digna más, eso, cercana al fusion jazz. Otras que suenan de muerte son la más libre relectura del theme de Koopa Beach o el majestuoso motivo de Rainbow Road.
Es de recibo (en mi humilde opinión) que este tipo de remakes trasciendan más allá de los propios jugones, ya que muchas de las canciones de background de los juegos de los 80 y 90 eran verdaderos quebraderos de cabeza para sus músicos programadores, que además de estar muchas veces limitados por 4 o incluso 2 pistas (como en la Game Boy) y por ese sonido chiptune, eran capaces de escribir grandes motivos que han acabado incrustados en lo más profundo de muchas memorias -no tan infantiles, que se lo pregunten a mis padres-.
Como comentaba unas líneas más arriba, este no es un caso aislado. Uno de los compositores más prolíficos, Nobuo Uematsu, tiene mucha parte de sus partituras en los discos de Black Mages y en grabaciones con orquesta simfónica dignas de cualquier John Williams que se precie. Y si mal no recuerdo, fue en el primer Donkey Kong Country para Super Nintendo que participaron gente como Prodigy o Fear Factory en una de las primeras bandas sonoras de juegos que trascendió esa barrera de lo meramente freak para empezar a llegar a orejas menos acostumbradas a este tipo de sonidos.
Finalmente, apuntar que The OneUps tienen en su discografía dos volúmenes de versiones de muchos juegos clásicos, donde destaca uno de mis temas preferidos de siempre, la Greenhill Zone del Sonic The Hedgehog de Mega Drive, o la mítica Korobeiniki del Tetris en una visión algo balcánica y el sampler del 'hey!' de por medio. A los nostálgicos os va a gustar, y a los que no tenéis ni puñetera idea de lo que os he hablado, pues tomaros el disco como cualquier otro.
Pero a lo que musicalmente se refiere, The OneUps han reescrito la obra de Soyo Oka y Taro Bando en algo que podria ser parecido a lo que Alcohol Jazz hubieran hecho con las mismas partituras, pero no tan funks, y sin efectos ni sonidos 8bit. Con alguna excepción más metalera -necesaria- para el tema de la carrera de Bowser, los clásicos como Mario Circuit o Donut Plains reciben una reinterpretación en instrumentación real muy digna más, eso, cercana al fusion jazz. Otras que suenan de muerte son la más libre relectura del theme de Koopa Beach o el majestuoso motivo de Rainbow Road.
Es de recibo (en mi humilde opinión) que este tipo de remakes trasciendan más allá de los propios jugones, ya que muchas de las canciones de background de los juegos de los 80 y 90 eran verdaderos quebraderos de cabeza para sus músicos programadores, que además de estar muchas veces limitados por 4 o incluso 2 pistas (como en la Game Boy) y por ese sonido chiptune, eran capaces de escribir grandes motivos que han acabado incrustados en lo más profundo de muchas memorias -no tan infantiles, que se lo pregunten a mis padres-.
Como comentaba unas líneas más arriba, este no es un caso aislado. Uno de los compositores más prolíficos, Nobuo Uematsu, tiene mucha parte de sus partituras en los discos de Black Mages y en grabaciones con orquesta simfónica dignas de cualquier John Williams que se precie. Y si mal no recuerdo, fue en el primer Donkey Kong Country para Super Nintendo que participaron gente como Prodigy o Fear Factory en una de las primeras bandas sonoras de juegos que trascendió esa barrera de lo meramente freak para empezar a llegar a orejas menos acostumbradas a este tipo de sonidos.
Finalmente, apuntar que The OneUps tienen en su discografía dos volúmenes de versiones de muchos juegos clásicos, donde destaca uno de mis temas preferidos de siempre, la Greenhill Zone del Sonic The Hedgehog de Mega Drive, o la mítica Korobeiniki del Tetris en una visión algo balcánica y el sampler del 'hey!' de por medio. A los nostálgicos os va a gustar, y a los que no tenéis ni puñetera idea de lo que os he hablado, pues tomaros el disco como cualquier otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario