Reconozco que tenía miedo enfrentarme a un nuevo disco de Klaus & Kinski por miedo a salir defraudo, ya que Tierra, Trágalos sacó humo en todos los reproductores a mi alcance, y esa lengua viperina de sus letras ya forma parte de mi imaginario más cercano.
En Herreros y Fatigas, seguimos encontrando disparidad de estilos, y aunque no me encajen tanto como en el disco anterior, entre su lírica desbordante y su valentía para afrontarlos.
En la línea del anterior, mi favorita del disco El día de los embalsamados, disparada y sintética canción sobre encuentros con entidades, que decían Los Planetas; Dos males tienes, otra que tal; o ese inmenso single, Ojo por diente, con frasecillas como "aunque gestes en tu vientre al hijo de Satán, te querría igual", solo hacen que dejarnos boquiabiertos.
Noise-Rock de cajón (Cumbres borrascosas), atmósferas cargadas de mala baba (Buceador), romanticismo de mariachi gore (In The Goethe), o electro-pop del de siempre (La Duda Ofende), son algunas de las múltiples posibilidades que nos ofrecen para disfrutar de un trabajo para nada lineal ni monótono.
Estoy seguro que en unos años les tendremos esa devoción profunda que ahora tenemos muchos por grupos como La Buena Vida, Los Planetas o Family, ya que Klaus & Kinski nos venden una personalidad y un discurso propio, que irá calando bien adentro con el paso del tiempo.
Me gusta más el anterior, pero este es demasiado bueno y yo no tan idiota como para no disfrutarlo.
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