Me enamoré al segundo de su voz, e incluso del sonido de su ukelele (que después del disco de Eddie Vedder me provocaba cierta distancia tal instrumento).
Una hermosa canción (no confundir por el título con la de Aute), de recursos naïf, con un romanticismo latente en cada nota, y que denota un talento que solo puede que ir creciendo en cada uno de los pasos que seguirá.
Aquí ya tiene un fan total.
Pongo el Play. suena Al Alba. Abro el cuento. Me dejo caer nube tras nube, dando pasos y giros, volteretas y cambrés, siento ser una bailarina, danzando sobre el cielo azulado de un dia de primavera. Las pajaritas y sus polluelos me acompañan. El ukelele sigue sonando junto al xilófono...
ResponderEliminarEs fantástico que los musicos te hagan soñar...
De nuevo, GRACIAS por dejarme volar...