Una semana después, las sensaciones que se tienen respecto al festival SOS 4.8 son las mismas: espectaculares.
Por ello, no es inmerecido que la entrada número 1.000 de La Voz Telúrica vaya en dirección a homenajear esta gran fiesta de la música indie. Si bien es cierto que con una limitación: La Voz Telúrica tan sólo estuvo presente el viernes, pues, nuestro entusiasmo giraba en torno a ver al gran Jarvis Cocker sobre el escenario.
Sin embargo, cabe reseñar que, hasta que llegó la ocasión, e incluso durante el post-momento Cocker, la noche mereció la pena.
Por ello, no es inmerecido que la entrada número 1.000 de La Voz Telúrica vaya en dirección a homenajear esta gran fiesta de la música indie. Si bien es cierto que con una limitación: La Voz Telúrica tan sólo estuvo presente el viernes, pues, nuestro entusiasmo giraba en torno a ver al gran Jarvis Cocker sobre el escenario.
Sin embargo, cabe reseñar que, hasta que llegó la ocasión, e incluso durante el post-momento Cocker, la noche mereció la pena.
Lamentablemente no llegamos a Nacho Vegas, pero empezamos nuestra entrada en el festival con un concierto memorable: Hidrogenesse. Carlos y Genís presentaron su último álbum, en homenaje a Alan Turing y ya disponible en plataformas como Spotify (http://open.spotify.com/album/1IkXtzsoULReTX8VYE1f69), en el bonito auditorio del recinto. Aún a pesar de que el público esperaba con ansias sus grandes hits, forma en la que el propio Genís se refería a su Disfraz de Tigre y la de los ponys, se acogió de forma muy positiva sus nuevas canciones, en especial Love Letters y Captcha Cha-Cha.
Luego vino la apoteosis: un público con carteles de Pedazo Temazo, entre los cuales se escondían, de vez en cuando, jovencitas y jovencitos digamos que... demasiado entuasiasmados, se ponían de pie para cantar y bailar Disfraz de Tigre y No hay nada más triste que lo tuyo, canción con la que cerraron su actuación.
No hace falta decir que los componentes del grupo salieron al escenario con maravillosos atuendos, pero es algo obvio para aquellos que conocen y/o han tenido la suerte de asistir a uno de sus conciertos. En definitiva, Hidrogenesse fue lo mejor de la noche junto a Pulp. Pero no adelantemos acontecimientos.
A continuación de Hidrogenesse, en el mismo auditorio pero en una sala diversa, actuó Kiko Veneno. La verdad es que sólo asistimos a sus dos primeras canciones y podemos decir que en la segunda la gente ya le hacía la ola. Sin embargo nosotros preferimos salir a ver cómo pinchaba Yelle.
La cosa prometía: empezaron con un par de letras techno de los noventa seguidas de la siempre genial Intergalactic de los Bestie Boys, pero pronto la cosa se transformó en un Bershka a las siete de la tarde. Definitivamente se consolidó la idea de que Julie Budet debería haber apostado por asistir al SOS 2012 como Yelle y no como dj: todos se lo hubiésemos agradecido.
Me apostaría el dedo meñique de mi pie izquierdo a que la mitad de los espectadores de Grupo de Expertos Solynieve nos encontrábamos delante de Jota y el resto por Los Planetas. Y no lo digo en detrimento a su actuación, sino porque es inevitable acudir a verlos esperando a que caiga un Pesadilla en el parque de atracciones, aún sabiendo que la voz granaína actúa para otros.
Sea como fuese, lo cierto es que la banda tuvo que ver cómo, al final de su actuación, hasta los más fieles escapaban en desbandada hacía el Escenario Estrella Levante con el objetivo de no perderse ni medio segundo de la actuación de los británicos Pulp.
Llegó el momento. Pulp amenizó los instantes anteriores a su salida al escenario con rótulos fosforitos de pésima traducción al castellano que entraban y salían en proyecciones. Pronto, una P, seguida de una U, para al instante proyectar una L y terminar la palabra con la esperada P. Y ahí estaba Jarvis, quien no dudó en empezar con un temazo: Do you remember the first time?.
La actuación de Pulp, donde no faltaron ninguno de sus integrantes originales, fue una actuación pensada y hecha en sus fans. No faltó ni uno de sus éxitos y, a mitad acto, incluso sonaron algunas canciones que tan sólo podían ser avocadas por los verdaderos entusiastas de la banda. Geniales.
Por otra parte, el Jarvis Cocker que se subió al escenario nada tenía que envidiar al Jarvis de hacía diez años. No paró de brindarnos saltos y poses. Me atrevería a decir, incluso, que el Jarvis del SOS 2012 fue mejor que el Jarvis del Glastonbury de 1995 o 1998. Terminaron con su culminante y triunfante Common People, que fue vitoreado, bailado y aplaudido como himno que era y es.
La voz de Beth Ditto vibró a continuación por todo el recinto, a través de su archiconocida Standing in the Way of Control y una versión que no dudó en hacer de la, también mítica y otra vez de moda por la recién muerte de Whitney Houston, I will always love you. Lo cierto es que no podría haber mejor voz que la de la cantante de Gossip para versionar este clásico.
Después de esta actuación poco más hay para contar. Los diferentes escenarios del festival se llenaron de djs. Algunos mejores que otros, se nos olvidó asomarnos a ver cómo sonaban The Zombie Kids al sorprendernos un Simian Mobile Disco DJ Set pinchado música clásica a las cinco de la madrugada. Es algo que todos los festivales deberían importar.
Eso y a Pulp, y a Hidrogenesse.
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