Nos encandilaron con ese entrañable Cape Dory, un disco que no tenía más pretensión que gustar, con armas tan simples como los sonidos de antaño y sus capas lo-fi, para identificar que eran de nuestra época básicamente.
En este Young And Old, todo y siendo un poco continuista, se nos ponen más juguetones y por ejemplo huelen a Motown incluso, en la excitante Petition.
Pero siendo realista, al menos yo, esperaba más las demás, las que nos ponen a flotar en una nube, esas para tumbarte en una toalla en medio de la playa solitaria, con tus Wayfarer y tu refresco, y ejemplos de eso son la maravillosa Robin; Dreaming (que bien podría ser una continuación del I got you babe de Sonny & Cher); la rítmica y viajera Traveling, la más contundente (dentro de lo suave de su sonido) High Road; o la encantadora Take Me To Heaven.
Vale, que sí, que el primero era mejor, ¿y qué?, si cuando dan en la diana dan fuerte, para que pedir mucho más. Que parece que para trascender en el mundo de la música hoy en día parece que tengas que estar haciendo el gilipollas, o tararte para que algunos engreídos te llamen genio.
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