Es de agradecer que con un recorrido de veinte años a sus espaldas sigan creyendo y apostando por esa búsqueda maravillosa de intentar hacer de cada una de sus creaciones una canción redonda y perfecta. Y eso, Goodfellows lo llevan en su adn impregnado por lo visto, cosa que agradecemos de veras.
Desde la inicial My Kind Of Girlfriend, que me pone en la senda de los Gigolo Aunts más efervescentes y a los que también me transportan en la exquisita Just Another Day. Y claro, siendo uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos, eso es puro maná.
Otra que subrayaría en fosforito como imprescindible del disco es Listen To Your Heartbeat, que poco tiene que envidiar a los clásicos de Paul Collins Beat; además de la maravillosa forma de rubricar estos diez mordiscos brillantes con Be My Shining Star, preciosa pieza acústica que pone los pelos como escarpias desde el primer acorde por la verdad que transpira.
Que bueno que haya bandas que apuestan el todo por el todo a seguir hasta el fin y pese a quien pese sus criterios a la hora de manejar los recursos pop para crear un material emocionante y que rezuma sobre todo un absoluto talento para crear grandes melodías. Si además lo hacen con una edición a modo de caja para pizzas, imposible no caer rendid@ a sus pies.
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