Ya desde el título, el bueno de Jorge Drexler nos da una especie de consejo o de lección, cada uno que lo tome como le dé la real gana.
Con un talento fuera de toda duda y sin ganas de repetirse e influido por el grandísmo Sinatra, decidió grabar con todos los instrumentos a la vez, en un plató de tv, donde se pueden ver todos los defectos y virtudes, pero que hace que suene y sea todo más real, rodando como rueda por ahí tanto pastiche prefabricado.
Desenvolupa el título de este trabajo en La trama y el desenlace y nos hace conscientes (si no lo eramos ya, claro, de que se tiene que vivir tanto el momento, como lo que esperamos de él), se nos pone Veloso en cuanto a sonido en la exquisita Los transeúntes y Woody Allen en cuanto a la letra, ya sea por lo urbanita de ella, como por la personalidad que transmite (que es lo que viste en mi, que es lo que te hizo abrir así, tus miedos, tus piernas, tu calendario...).
También destacaría mi favorita del disco junto al single, Todos a sus puestos, que es una delícia para los oídos, para el corazón y para el cerebro. Personalmente me dá la sensación que Jorge es ese profesor entrañable y enrollado que todos quisieramos tener, para aprender de la vida sobre todas las cosas.
El single, que decir de este lujazo que es Una canción me trajo hasta aquí, que nos muestra uno de sus mejores temas, uno de los más irresistiblemente pop de su carrera y que no hubiera estorbado en su obra maestra, Eco. Los que quieran al Drexler de siempre, lo encontrarán en Tres mil millones de latidos, en Aquiles, por su talón es Aquiles o en la escalofriante, por preciosa, Noctiluca.
Parece que su relación con Leonor Watling solo les hace bien mútuo, ya que han entregado los dos en poco espacio de tiempo, los trabajos más luminosos y positivos de sus respectivas carreras, aunque con una señora así, como para que no te salga un disco alegre, jejejeje, y que también colabora aquí en el tema, Toque de queda, que por cierto, respira un aroma muy Marlango y muy tanguero a la vez.
Solo me queda decir, que tal vez, no sea su mejor disco, tampoco es el peor, eso espero que lo haya dejado más que claro, siempre desde mi punto de vista, pero a veces hay que saber disfrutar de lo bonito de la imperfección, sobre todo si es sentida, bien elaborada y sobre todo cuidada como la que hay dentro de este trabajo.
Señor Drexler, amo su trama...
Con un talento fuera de toda duda y sin ganas de repetirse e influido por el grandísmo Sinatra, decidió grabar con todos los instrumentos a la vez, en un plató de tv, donde se pueden ver todos los defectos y virtudes, pero que hace que suene y sea todo más real, rodando como rueda por ahí tanto pastiche prefabricado.
Desenvolupa el título de este trabajo en La trama y el desenlace y nos hace conscientes (si no lo eramos ya, claro, de que se tiene que vivir tanto el momento, como lo que esperamos de él), se nos pone Veloso en cuanto a sonido en la exquisita Los transeúntes y Woody Allen en cuanto a la letra, ya sea por lo urbanita de ella, como por la personalidad que transmite (que es lo que viste en mi, que es lo que te hizo abrir así, tus miedos, tus piernas, tu calendario...).
También destacaría mi favorita del disco junto al single, Todos a sus puestos, que es una delícia para los oídos, para el corazón y para el cerebro. Personalmente me dá la sensación que Jorge es ese profesor entrañable y enrollado que todos quisieramos tener, para aprender de la vida sobre todas las cosas.
El single, que decir de este lujazo que es Una canción me trajo hasta aquí, que nos muestra uno de sus mejores temas, uno de los más irresistiblemente pop de su carrera y que no hubiera estorbado en su obra maestra, Eco. Los que quieran al Drexler de siempre, lo encontrarán en Tres mil millones de latidos, en Aquiles, por su talón es Aquiles o en la escalofriante, por preciosa, Noctiluca.
Parece que su relación con Leonor Watling solo les hace bien mútuo, ya que han entregado los dos en poco espacio de tiempo, los trabajos más luminosos y positivos de sus respectivas carreras, aunque con una señora así, como para que no te salga un disco alegre, jejejeje, y que también colabora aquí en el tema, Toque de queda, que por cierto, respira un aroma muy Marlango y muy tanguero a la vez.
Solo me queda decir, que tal vez, no sea su mejor disco, tampoco es el peor, eso espero que lo haya dejado más que claro, siempre desde mi punto de vista, pero a veces hay que saber disfrutar de lo bonito de la imperfección, sobre todo si es sentida, bien elaborada y sobre todo cuidada como la que hay dentro de este trabajo.
Señor Drexler, amo su trama...
"disfrutar de lo bonito de la imperfección" BRAVO!
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